martes, 15 de mayo de 2007

Pies Vendados en China

Dice una leyenda que en el siglo X, el emperador Li Yu ordenó a su concubina favorita vendarse los pies con cintas de seda y bailar sobre una plataforma que tenía esculpida una flor de loto.

Verdad o no, lo cierto es que las primeras que empezaron a vendar sus pies fueron las bailarinas del palacio en el siglo X, con el objetivo de realzar la gracia de sus movimientos. De la corte se extendió a las clases altas y en el siglo XVI se popularizó por todo el territorio chino.
Símbolo de sensualidad y deseo, los pies deberían reunir las siguientes características: ser delgados, pequeños, puntiagudos, arqueados, perfumados, suaves y simétricos.


El rito de iniciación comenzaba cuando la niña contaba con 6 o 7 años. Encerradas madre e hija en una habitación, se colocaban los pies en remojo con una mezcla de hierbas y sangre animal para eliminar las posibles infecciones de la piel. Seguidamente se la cortaban las uñas y en ese momento su propia madre le rompía los 4 dedos más pequeños y los aprisionaba contra el talón para luego vendarlos con seda o algodón. Desde ese día y durante unos 10 años se repetía el proceso cada 2 días. El dolor que se sufría era insoportable, hasta que el nervio moría literalmente y el pie encogía 10 centímetros, estando completamente muerto causando por ello un gran hedor. Las vendas que se cambiaban cada 2 días se apretaban cada vez más, y las infecciones eran habituales.



Este canon de belleza impedía practicamente caminar, pudiendo solo dar pasos minúsculos. De esta forma el hombre podía controlar que su mujer no fuera lejos, considerándolo hoy en día como una práctica de opresión machista. De todos modos se ofrecen otras razones para el vendaje, como el símbolo de feminidad y status que representaba.
Su prohibición comenzó en 1911, pero la verdadera desaparición de la tradición fue por el cambio de mentalidad y significado, propiciado por las influencias europeas. Se empezó a ver como algo insano y bárbaro y como un obstáculo a la modernización, hasta que en 1957 se vendaron por última vez los pies de una china, poniendo fin a una tradición de más de 1000 años de antigüedad.






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1 comentario:

Anónimo dijo...

buf, la de tradiciones perras que hay...
me gustan mis pies del 39, me quedan bien...